El comercio local de Cartagena necesitaba un buen impulso tras el periodo de confinamiento y, para dárselo, confiaron en nosotros. Y como tenemos claro que los momentos duros es mejor afrontarlos con una buena dosis de positivismo, hicimos una campaña de publicidad tan optimista como realista.

Porque comprar en la tienda de tu barrio parece un gesto muy sencillo, pero si pensamos que al hacerlo evitamos sacar el coche, le ahorramos a la atmósfera una buena cantidad de CO₂ y, por lo tanto, estamos ralentizando, aunque solo sea un poquito, el calentamiento global… el gesto crece y mucho.

Este es el insight y la clave de esta propuesta, ya que nuestro más pequeño gesto tiene consecuencias grandes, y para consecuencias la de esta campaña, que ha generado miles de impactos entre el público objetivo y, lo más importante, una sobredosis de optimismo en un comercio que, hoy más que nunca, necesita mirar al futuro.