La Inteligencia Artificial está en boca de cada vez más gente -y con razón- porque es increíble la cantidad de cosas que se pueden hacer con ella.
Al principio es complicado cogerle el truco y tienes que seguir intentándolo para que te haga caso, pero cuando lo consigues puedes diseñar lo inimaginable, desde lo surrealista hasta lo trascendental, como a Elon Musk vestido de Papá Noel o cuando todavía era inocente.
En Portavoz queríamos probarnos con la herramienta y (después de más de un intento) la verdad es que no salió nada mal.
Pero no terminamos de quedarnos del todo satisfechos, nos faltaba el factor humano. Las personas que, por suerte (o por desgracia), vemos todos los días y nos recuerdan que la vida es de carne y hueso.
Por una Navidad más humana.
O no.