Si eres empresario seguro que alguna vez te has preguntado qué piensan tus empleados de tu empresa, cómo la ven, cuánto la quieren o incluso si consumen tus productos. Si te has planteado alguna de estas preguntas, vas por el buen camino. Pero lo que realmente deberías preguntarte es: ¿estoy trabajando correctamente para que mis empleados conozcan bien su empresa, la quieran, se comprometan con ella o se conviertan en clientes de la misma?
A menudo las empresas diseñan sus planes o políticas de marketing mirando sólo hacia fuera, es decir, hacia los consumidores o clientes finales, que son quienes compran y, por tanto, quienes parece que merecen toda nuestra atención. Pero, ¿qué pasa con nuestros trabajadores, colaboradores o proveedores? ¿Acaso son ellos menos importantes para tu negocio? Entonces, ¿por qué no los atiendes de la misma forma?
Parece que nadie duda sobre lo importante que es para una empresa el hecho de que sus trabajadores hagan bien su trabajo. Si esto no ocurre, tus ventas se verán afectadas seguro. El error viene al dar por sentado que la actitud de un trabajador en su puesto de trabajo es algo que escapa de las manos de la propia empresa, más allá de intentar pagarle un sueldo con el que se sienta a gusto.
Un trabajador que conoce bien su empresa, que la quiere, que la respeta, que la defiende, que lucha por ella, que le es fiel o que mira por su bien, no es fruto de la casualidad. Es el resultado que obtienen las empresas que trabajan adecuadamente un plan de marketing interno, dedicado a conocer las necesidades de su plantilla profesional y cubrirlas. O al menos, a intentarlo.
Y es que como empresa tienes la obligación de cuidar de tus trabajadores si quieres que tu negocio funcione. Porque sólo si provocas en ellos las ganas de que vuestro negocio se coma el mundo, podrás optar a estar en el camino de conseguirlo.
¿Y cómo hacerlo?
Cuídalos de la misma forma que cuidas a tus clientes. Esa es la clave. Por ejemplo: habla con ellos (cuéntales cómo te va, cómo te sientes, hacia dónde quieres ir, cómo has pensado hacerlo…). Escúchalos y deja que formen parte activa del proceso de toma de decisiones de la empresa o que participen directamente en algunas acciones. Y, por ultimo, mímalos: conviértelos en personas importantes para tí, además de trabajadores importantes.
Utiliza estas sencillas claves como punto de partida y verás cómo se transforma tu empresa.
Ester Sánchez-Valverde, ejecutiva de cuentas
Imagen vía aula-center.com