El Ejido recibió la llegada del verano con un dato muy preocupante: la incidencia de la Covid-19 se estaba disparando entre los jóvenes de la localidad y es que el buen tiempo, la playa y las reuniones de amigos invitaban a relajar las medidas de seguridad y de sentido común.
¿Qué podíamos hacer ante esto? Prohibirles disfrutar de la playa, las terrazas y el chiringuito hubiese sido completamente inútil por las ganas de salir y vivir el verano. Amenazarlos con la muerte, una vez más, no parecía tampoco la mejor opción ante un colectivo con un índice de decesos insignificante y una sensación innata de inmortalidad. Así que decidimos plantearles lo único que podía darles más miedo que el propio virus: puedes perderte el verano por culpa de una cuarentena.
Así, creamos una campaña de publicidad que, poniéndo el foco en situaciones de diversión, nos recordaba que, sin un poco de sentido común, podíamos perdernos todos esos momentos y que, al final, nos permitió ayudar a salvar el verano… y la salud de El Ejido.