El gran problema en la lucha contra el cáncer de próstata es que ni siquiera los propios pacientes hablan sobre él y, así, es muy difícil que la sociedad tome conciencia y, mucho más, que los hombres se hagan una prueba que puede salvarles la vida.
Hay demasiados prejuicios asociados a la autoestima masculina, por los que nos da vergüenza hablar del cáncer de próstata.
Así que, para dar ejemplo, nos desnudamos literalmente en una campaña #SinVergüenza, para impactar e impulsar un diálogo que despierte conciencias.
Una completa estrategia de medios, y la colaboración de patrocinadores y ayuntamientos, ha permitido que la campaña haya tenido una gran visibilidad en los medios y las calles de todo el país, así como en el entorno digital.
Además, fuimos más allá con una sorprendente acción de marketing de guerrilla en la que desnudamos a los maniquís de las tiendas para ampliar el impacto de nuestra campaña, completando así un proyecto que tuvo una gran repercusión en los principales medios de comunicación del país, que se sumaron a una iniciativa que quiere llenar España de sinvergüenzas.
Y es que, frente al cáncer de próstata, perder la vergüenza nos puede salvar la vida.