Desde hace ya cinco años, cuando Damm nos invitó a vivir el verano «mediterráneamente», el sector cervecero vive una de las batallas publicitarias más esperadas, la que enfrenta a dos marcas, Damm y San Miguel.
Estas batallas se dan a lo largo del año. En Navidad, Freixenet y Codorniu enfrentan sus burbujas para estallar en un alarde publicitario que, últimamente y por desgracia, se ha visto mermado en presupuesto y en su calidad.
Varios son los ingredientes que hacen que esta guerra tenga cuerpo y sabor. Cerveza y playa se unen en un argumento implacable que, como si no pudiera ser de otra forma, nos hacen creer que una sin la otra no pueden disfrutarse.
En 2009, Damm nos recordó que «Lo bueno nunca se acaba si hay algo que te lo recuerda» y lo hizo maridando la historia con «Summercat», un tema de Billie the Vision and the Dancers. Así empezó el protagonismo de las sintonías en las campañas de cervezas que han llegado a nuestros días convertidas en las nuevas canciones del verano. Y como un spot de 30 segundos era un muy limitado para expresar todas las sensaciones y las emociones, Estrella Damm empezó cada verano a regalar un videoclip a la audiencia.
En 2010 empezaron de lleno con la técnica del storytelling y nos contaron historias entorno al verano, la cerveza y el amor… ingredientes de éxito. Este año, su campaña nos trasladó a una casa de campo, demostrando que Mediterráneamente se puede vivir sin playa, siempre que sea con amigos.
Tras Damm irrumpió con fuerza San Miguel, una evolución de su concepto «ciudadanos de un lugar llamado mundo», que nos traslada a un universo en el que todo está conectado y en el que se recorren infinidad de lugares para conocer gente maravillosa.
Como decía, ya no es El Corte Inglés el que nos presenta el verano, ni la guerra de cavas en Navidad la batalla publicitaria más esperada. ¡Salud!
Fernando Caride, director Creativo de Portavoz